lunes, 23 de noviembre de 2009


Puedes pasar desapercibido o hacerte notar, puedes lograr la mirada de una multitud o la de unas pocas personas, puedes creer que eres el centro del mundo y no ser ni siquiera un polo, puedes considerarte alguien afortunado o una miseria sin sentido de vida, puedes valorarte o menospreciarte, puedes quererte u odiarte pero solo hay una razón que mueve esto, la actitud. No importa la forma que te veas, la ropa que lleves puesta, tu olor, tu mirada, tu andar; cada paso, palabra o decisión que tomes en esta vida va a estar marcada por tu actitud. Si, esa inevitable forma de ser,'personalidad' que todos tenemos. Hay que dejarla crecer, mejorar, adaptarse, perfeccionarse. La haces a tu medida y gusto, tú la eliges y la confeccionas, luego te vistes de ella y la muestras al mundo, quieras o no es ella la que dice quien eres y dejas de ser. Todos te van a ver según ella. Te distingues, te respetas y sientes seguro solo por ella. Tu actitud.

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