jueves, 8 de octubre de 2009

Me gusta abrir los ojos y estar vivo, tener que vérmelas con la resaca. Entonces navegar se hace preciso, en barcos que se estrellen en la nada. Vivir atormentado de sentido, creo que ésta, sí, es la parte mas pesada. En tiempos donde nadie escucha a nadie, en tiempos donde todos contra todos, en tiempos egoístas y mezquinos, en tiempos donde siempre estamos solos. Habrá que declararse incompetente en todas las materias de mercado, habrá que declararse un inocente o habrá que ser abyecto y desalmado. Yo ya no pertenezco a ningún istmo, me considero vivo y enterrado, yo puse las canciones en tu walkman, el tiempo a mi me puso en otro lado. Tendré que hacer lo que es y no debido, tendré que hacer el bien y hacer el daño. No olvides que el perdón es lo divino y errar a veces suele ser humano, no es bueno hacerse de enemigos que no estén a la altura del conflicto, que piensan que hacen una guerra y se hacen pis encima como chicos. Que rondan por siniestros ministerios haciendo la parodia del artista, que todo lo que brilla en este mundo tan sólo les da caspa y les da envidia. Yo era un pibe triste y encantado, de Beatles, caña Legui y maravillas, los libros, las canciones y los pianos, el cine, las traiciones, los enigmas, mi padre, la cerveza, las pastillas los misterios, el whisky malo, los óleos, el amor, los escenarios, el hambre, el frío, el crimen, el dinero y mis 10 tías me hicieron este hombre enreverado. Si alguna vez me cruzas por la calle regálame tu beso y no te aflijas, si ves que estoy pensando en otra cosa no es nada malo, es que pasó una brisa. La brisa de la muerte enamorada, que ronda como un ángel asesino, mas no te asustes siempre se me pasa, es solo la intuición de mi destino.

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