martes, 15 de septiembre de 2009
Cuando te avivaste el momento se te paso como un abrir y cerrar de ojos. La oportunidad fue una sola y la perdiste, porque las cosas se valoran en el momento, no se espera a que cambien a gusto de uno y el tren solo pasa una sola vez; entonces tenes dos únicas alternativas, o lo tomas o lo dejas. No tenes tiempo de esperar a que venga un tren con menos carga, mas veloz o simplemente a que el tren te guste mas. Las oportunidades es mejor no dejarlas pasar, tomarlas, simplemente tomarlas. Sin tener noción de que es lo que sigue después, de que rumbo nos traen y si nos van a dar un final eterno y feliz. Porque sino estrujamos estas casualidades que nos dan los caminos que transitamos, nos vamos a pasar la vida esperando. Esperando algo irreal, imaginario, falso y nunca vamos a gozar del placer de valorar lo que nos toca, y cuando otro comprenda la importancia de aquello, tanto de un material como de una persona, y nos los quite, ahí es cuando vamos a estallar de bronca por a ver perdido aquello que antes no nos importo, y que ahora hace feliz a alguien más.
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